domingo, 27 de noviembre de 2011

Fibromialgia.

El síndrome que hoy conocemos con el nombre de fribromialgia fue descrito hace más de 150 años; a través de los años se le han dado las siguientes denominaciones: fribositis, síndrome fibrosítico, miofibrositis, fibromiositis, miogelosis entre otros. (Dr. Jorge Rueda G, Dr. Hermann González B.)
Actualmente después de la descripción del “síndrome fibrosítico” por sir William Gowers, la controversia continua y algunos autores niegan su existencia debido a ausencia de alteraciones estructurales y fisiopatológicas especificas en los pacientes. Sin embargo, en los últimos años el gran interés en la enfermedad ha contribuido al mejor entendimiento de la misma. (Dr. Jorge Rueda G, Dr. Hermann González B.)
La fibromialgia se puede encontrar como entidad aislada o asociada a enfermedades como artritis reumatoidea, osteoartritis, artritis psoriásica, lupus eritematoso sistémico o enfermedades no reumáticas como Sida o hipotiroidismo. (Dr. Jorge Rueda G, Dr. Hermann González B.)

La fibromialgia es un trastorno que causa dolores musculares y fatiga, se presentan puntos hipersensibles en el cuerpo, Estos se encuentran en áreas como el cuello, los hombros, la espalda, las caderas, brazos y piernas; suelen provocar dolor si son presionados. (10)



Las personas con fibromialgia pueden presentar también dolores de cabeza, rigidez por la mañana, dificultad para dormir, periodos menstruales dolorosos (endometriosis), sensación de hormigueo o adormecimiento en manos y pies, falta de memoria (lagunas) o dificultad para la  concentración. (10)

















No se conoce una causa de la enfermedad, cualquier persona puede tenerla, pero es más común que se presente en mujeres de mediana edad. Personas con artritis reumatoide o alguna enfermedad autoinmune puede desarrollar fibromialgia. (1)

No existe una cura para la fibromialgia, pero las medicinas, una buena dieta, dormir bien y ejercitarse pueden ayudar a controlar los síntomas. (1)

 Considerada hasta hace poco tiempo raro, hoy en día se calcula que puede afectar al 2-3% de la población. Puede presentarse en ambos sexos de cualquier edad, aunque suele aparecer a partir de los 30-35 años y su incidencia es mucho mayor en el sexo femenino. Su causa se desconoce, aunque hay investigaciones que apuntan a una posible predisposición genética. (2)

En ocasiones el comienzo del trastorno coincide con hechos puntuales como una infección vírica, otra afección reumatológica o incluso un trauma psicológico. Aunque no ha podido evidenciarse una relación de causa-efecto, es posible que este tipo de factores desencadenantes pongan de manifiesto una disposición preexistente responsable del trastorno y den lugar a un fallo en la respuesta a los factores que producen estrés y una alteración en los niveles de ciertas sustancias relacionadas con la percepción del dolor,  en especial niveles bajos de algunas sustancias importantes en la regulación del dolor en el sistema nervioso central, como la serotonina y niveles elevados de sustancias productoras de dolor como la sustancia P. (2)


La enfermedad puede comenzar de forma súbita, aunque la sintomatología suele presentarse gradualmente, con dolor muscular a veces difuso, pero la inmensa mayoría de los casos localizado principalmente en cuello, hombros, brazos, caderas y músculos. (2)



Al dolor se le suelen sumar la típica rigidez en las mañanas. Otra manifestación típica es la sensación de cansancio, más o menos acentuada en cada caso, que suele mantenerse durante todo el día. La dolencia  también suele acompañarse de alteraciones del sueño, que es ligero y de mala calidad, por  lo que repercute al día siguiente en mayor cansancio y dolores musculares más acentuados. (2)
Por otra parte, también es bastante habitual que el trastorno se acompañe de un estado depresivo, probablemente como consecuencia de las dificultades  que plantea la enfermedad en la vida cotidiana y la falta de sueño. (2)



En ocasiones la dolencia desaparece al cabo de uno o dos años, pero por lo común sigue un curso crónico, con brotes agudos periódicos y llega a ser incapacitante y comportar una notable disminución de la calidad de vida. (2)
No existe todavía un tratamiento curativo específico, aunque se cuenta con recursos terapéuticos para lograr una mejoría de los síntomas, como la administración de analgésicos comunes en los casos leves, la práctica de ejercicios y la fisioterapia, así como la administración de fármacos para combatir los síntomas depresivos cuando están presentes. (2)

Manifestaciones clínicas. (Yanus et al 1981)
Según estudios realizados en 50 pacientes:
Un 100% presentan dolores generalizados.
Un 90%  presentan fatiga o cansancio.
Un 80% presenta rigidez.
Un 60% ansiedad.
Un 50% presenta trastornos del sueño.
Un 40% presenta cefalea.
Un  35%  presenta colon irritable.
Un 30% presenta edema subjetivo.
Un 20%  presenta entumecimiento

No hay comentarios:

Publicar un comentario